Vista aérea de un bosque formando la forma de una gota con "CO2" en su interior, destacando el papel de los bosques en la captura de carbono.

Mercados de carbono: una estrategia para mejorar las condiciones ambientales

Actualmente, existen espacios de comercialización voluntarios que alientan el intercambio y la disposición de carbono. Empresas como Agro Sustentable están trabajando en nuevas líneas de acción que permitan cuidar el medio ambiente y recuperar aquellos espacios afectados. 

El intercambio voluntario de carbono cumple un rol esencial en el enfrentamiento y la recuperación de aquellos espacios dañados por las variaciones climáticas. 

Estas herramientas financieras podrían generar una ganancia en Argentina que rondaría los  1.000 millones de dólares anuales. 

Durante la conferencia de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se consiguieron determinados avances relacionados a la concreción de métodos que podrían mejorar la situación de los mercados de carbono a nivel mundial. 

En esa línea, todos coinciden en la necesidad de aplicar mecanismos financieros que permitan satisfacer las necesidades sociales y ambientales de una región y, al mismo tiempo, recuperar aquellos espacios afectados por el cambio climático y los fenómenos  naturales severos. 

Es más, en uno de los puntos del Acuerdo de París se determinan mecanismos de trabajo conjunto entre países para alcanzar sus objetivos relacionados con una reducción de las emisiones de gases, obteniendo resultados efectivos que requieran menos inversiones. Entre las opciones están los mercados de carbono. 

Actualmente, Argentina no cuenta con la posibilidad de negociar mecanismos internacionales para alcanzar estos objetivos, ya que la delegación nacional no funciona más. Muchos referentes lamentan esta situación, teniendo en cuenta que el país tenía oportunidades de aumentar su participación en este tipo de debates mundiales.

El rol de los mercados de carbono

Instalar y poner en funcionamiento este tipo de mercados requiere de una importante inversión inicial. En esa línea y mediante la presentación del mercado voluntario de carbono, está la posibilidad de un nuevo espacio para negociar y generar certificados que avalen estos procedimientos. 

Este nuevo espacio ya tiene su primera transacción comercial. Se trata de la compra de créditos por parte de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires para cubrir los saldos de carbono generados en la Asamblea General de la Federación Iberoamericana de Bolsas (FIAB).

Ahora, el objetivo es que más empresas y organizaciones utilicen este lugar de negociación para compensar sus emisiones. 

Los expertos mundiales en la materia, estiman que la demanda global podría alentar a un crecimiento significativo del sector para el 2030. Es más, creen que las ganancias podrían ser entre 7 a 12 veces mejor que las de ahora. Y la oferta no es escasa, ya que hoy existen más de 150 proyectos que trabajan en la captación y la reducción de emisiones de gases nocivos para el ambiente. En este sentido, muchas producciones están optando por otras prácticas agrícolas relacionadas con el uso de energías renovables, la reutilización d elos residuos y el uso de fertilizantes naturales. 

Tal es el ejemplo del Parque Eólico Manantiales donde se ha promovido la comercialización de estos atributos a través del registro del proyecto en uno de los mayores mercados de bonos voluntarios a nivel mundial. 

Es necesario aclarar que los proyectos de carbono no limitan ni tienden a disminuir la producción, sino que la complementan y generan ganancias extras a dichas actividades productivas. Además, pueden colaborar con el cumplimiento de algunos requisitos exigidos para el comercio internacional. 

El rol de los mercados de carbono en Argentina

En Argentina hay varias empresas que se encuentran vinculadas a los mercados de carbono. Muchas de ellas cuentan con una certificación mundial. Tal es el ejemplo de la empresa Verra que logró obtener la certificación del primer programa de carbono de ganadería del país. Este proyecto es manejado y administrado por la compañía local con Ruuts que está asociada con las organizaciones Native y Ovis 21. Su producción alcanza a más de 3 millones de hectáreas de la Patagonia, distribuidas en más de 20 predios y más de 80 que están en proceso de ser incorporados a la actividad. 

Desde la entidad certificadora sostienen que esta implementación contribuye al bienestar de los espacios naturales y también genera una nueva fuente de ingresos para los productores, ya que se implementa la venta de créditos de carbono mediante la producción ganadera que tiende a cuidar el ambiente y la gestión de los recursos naturales. 

Asimismo, los especialistas coinciden en que si la Argentina comienza un cambio atravesado por la comercialización del carbono, se podría llegar en un mayor porcentaje al mercado global en poco tiempo, lo que a su vez, atraería inversiones millonarias para el desarrollo y la implementación de proyectos específicos. 

Poder desarrollar y certificar proyectos de captura y reducción de emisiones, permite alcanzar otros establecimientos que tengan una producción agropecuaria y forestal dentro del país. Este avance y alcance, además de mejorar las condiciones ambientales, termina siendo rentable y efectivo en términos económicos, debido a que las ganancias que ingresan al país son mayores.  

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