Las claves para escalar la producción orgánica en Argentina

¿Qué es la producción orgánica? Es un sistema que emplea recursos, técnicas y herramientas naturales y orgánicas, y deja de lado los compuestos químicos o tóxicos. Los cultivos orgánicos se desprenden de la generalidad del sistema y son aquellos que se cultivan en la Tierra a base de organismos o microorganismos.

Los cultivos orgánicos se han vuelto un plus en los sistemas agrícolas. Ante las nuevas tendencias, el rubro agropecuario combina la agricultura tradicional con la agricultura orgánica. El principal objetivo es la conservación del medioambiente y proteger a los ecosistemas. La crisis climática avanzó a niveles sustanciales y los agricultores no pueden permitir más consecuencias en sus prácticas.

La producción orgánica en Argentina ha sido introducida hace algunos años. El país sudamericano hace hincapié en la conservación del suelo, el lugar donde se desarrolla la agricultura, una actividad económica que se refiere a la producción de alimentos para cosechar materia prima o cultivos. La calidad del suelo es esencial para una exitosa producción.

En la agricultura, y sobre todo en los sistemas de producción orgánica, es frecuente oír el concepto de fertilidad. Un suelo fértil es capaz de nutrir y brindar los recursos suficientes a las plantas para que estas crezcan y se desarrollen adecuadamente. En la mayoría de los países, el diferencial en la producción orgánica es la calidad del suelo, el principal aliado de los cultivos orgánicos.

Argentina se ubica en el top 3 de los países con mayor superficie de producción orgánica según fuentes de algunas universidades. Australia y China completan el ranking. Esta estadística es una muestra clara del avance del país sudamericano en la materia agropecuaria.

La buena posición de Argentina en la producción orgánica

Argentina como la mayoría de los países conocen de la realidad de la producción orgánica, un sistema más caro en términos económicos. La producción de este tipo también alude a que los cultivos no sufren modificaciones genéticas, un punto importante del sistema.

El dato crucial que detallaron desde Argentina es el crecimiento en materia de hectáreas. El país sudamericano elevó sus cifras de 5.500 hectáreas a 4.3 millones. La producción orgánica pelea constantemente por mantener su calidad y proyección. La ausencia de infraestructura, políticas claras y falta de insumos retrasan las estadísticas.

Las equivocaciones en la producción orgánica

El error más común en la producción orgánica se asemeja al bajo rendimiento. Los agricultores que optan por desarrollar un proceso orgánico tienen como misión ser más cuidadosos con los cultivos, gozar de nutrientes más ricos y reducir al máximo los químicos. Si alguno de estos puntos no está en sintonía, el proceso podría verse afectado.

Otra peculiaridad de la producción orgánica es el elevado costo. Los cultivos orgánicos no tienen el mismo ritmo de producción que los cultivos normales y suelen tardar más. Hay mayor mano de obra ante los detalles que necesitan estos cultivos, que deben mantener un rotación constante para la conservación del suelo y su fertilidad. El papeleo de la certificación también se engorrosa en el proceso, con trámites largos y permisos que son más complicados de obtener en tiempo y forma.

Problemas que pueden resultar equivocaciones y dificultar el proceso. La ventaja de la producción orgánica es la seguridad alimentaria, la calidad del suelo y el entendimiento con la biodiversidad, un rol clave en la dinámica del camino y que tiene mucha influencia en la agricultura.

¿Falta de políticas?

Voceros de la agricultura orgánica argentina han manifestado la disparidad de políticas en el rubro. Fuentes allegadas al sector han dicho que falta más cooperación pública y, quienes demandan la producción orgánica terminan siendo los consumidores, que optan por su seguridad alimentaria.

La producción orgánica en Argentina es un desafío constante. El país, que integra el top 3, lidia todo el tiempo con los campos llenos de agroquímicos o tóxicos que invaden los cultivos e imposibilitan la llegada de cultivos orgánicos. La ayuda externa e interna es una movida esencial para que el país pueda seguir creciendo.

Las claves para que las prácticas agrícolas orgánicas aumenten se encuentran en el campo. Por más que sea una obviedad, los trabajadores deben facilitar el suelo y el ecosistema para evitar los químicos y poblar el suelo de producción orgánica, sin modificaciones genéticas ni alteraciones en su color u olor.

Y la ayuda externa también es un punto a trabajar. La implementación de políticas en el rubro orientadas a los cultivos orgánicos es necesaria para apoyar el trabajo de los especialistas. Los desafíos están a la vista y Argentina sigue entre los países con mayor superficie. ¿El reto? Mantenerlo. 

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